martes, 13 de marzo de 2012

ALMA DE SILENCIO

Para realizar esta misión sublime, el alma dominicana debe ser un alma de SILENCIO. Según el lema tradicional, la palabra del fraile predicador debe brotar de un alma de sielncio: SILENTIUM, PATER PRAEDICATORUM.
un alma dominicana que no gusta de largas horas de soledad y de recogimiento se engaña si cree que su acción seguirá teniendo fecundidad espiritual. Es necesario mezclarse con la gente para obrar, pero es necesario , al mismo tiempo, saber apartarse de ella para reflexionar y orar. Santo Domingo fue un alma de gran silencio . Santo Tomás fue llamado por sus condiscípulos "el buey mudo de Sicilia".. El Padre Lacordaire preparaba sus brillantes conferencias en Notre Dame, en París durante largas jornadas de reflexión y de intimidad con Dios.
La profundidad espirirual de un alma se mide por su capacidad de silencio.

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