sábado, 12 de enero de 2013

EL SILENCIO: NECESIDAD DE NUESTRA ALMA

LA VIDA INTERIOR NECESITA DEL SILENCIO.

No se puede hablar de vida interior sin hablar del silencio. Para poder escuchar necesitamos no solo el silenciarnos exteriormente sino interiormente. Dios solo habla en el silencio pues de allí nació la Palabra.
La palabra nace del interior de la persona, nace de la conexión de su pensamiento y sus sentimientos, es la primera menifestación del alma. Así mismo la Palabra divina debe nacer de esa experiencia interior que se sirve de nuestra inteligencia y de nuestros afectos para ser luego exteriorizada. Solo bastó el saludo de Maria para que su prima Isaber fuese llena del Espíritu Santo, cúanto mas puede hacer nuestra palabra cuando nace de la intimidad con Dios.
Pero para llegar a que dicha palabra sea expresada es necesario ir a lo esencial del ser para que éste tenga algo que comunicar, es ahí donde el silencio tiene su gran protagonismo, pues debemos tener una gran vida de oración para llegar a una intimidad con Dios de tal forma que nuestro espíritu se sienta movido a comunicar el fruto del encuentro de la creatura con su Creador.

Así como Sor Isabel de la Trinidad monja Carmelita, habla sobre sentirnos habitados por Dios, el sentirlo en nosotros permite que exista una relación mas estrecha, mas directa y de mayor fruto. Primero por que al sentir y hacer conciencia de que Dios nos habita especialmente despues de la Eucaristía eso permite que nos desconectemos de todo aquello que nos pueda obstaculizar aquella conexión cercana con el Señor. De tal forma que aun que no nos demos cuenta ya estamos haciendo silencio exterior y nuestra vida interior se tornará mucho mas espiritual, teniendo en cuenta que es necesario silenciar nuestra mente para poder estar atentos a las mosiones del Espíritu Divino.

El silencio nos permite admirar de manera mas clara la creación y las diferentes situaciones, lugares y personas que tocan nuestra vida. Cuando logramos un ambiente de silencio y contemplación logramos dar un paso mas en vivir en la presencia de Dios, de tener un alma agradecida al hacer conciencia de todas las bondades del Señor para con nosotros, el silencio nos permite ver con otros ojos las novedades de nuestra cotidianidad.

Dios concédenos la gracia de vivir el verdadero silencio para escucharte, para vivir en tu presencia, para reconocer tu generosidad, para admirar las bellezas de la creación, para sentirte mas cerca y poder unirme cada instante mas a ti. Amén.

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