EL SILENCIO

lunes, 18 de marzo de 2013

Llena de fe y confianza en el dulcísimo esposo de María, me abandono a su poder. Santísimo José, has que vivamos una vida santa bajo tu patrocinio.
(S. D. María Sara)

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Su silencio

... el silencio es el ambiente de Dios. Él no puede obrar sino en las almas silenciosas. Es una necesidad urgente, aún cuando no fuéramos religiosos y mucho más siéndolo. Dios no obra nunca en las almas disipadas. Tenemos que silenciar nuestras potencias todas: los ojos no curioseando, la mente no divagando. Cuando se guarda bien el silencio, se facilita la unión con Dios y, por consiguiente, los actos de piedad se hacen bien. El Espíritu Santo dice: "es tentar a Dios, ir a la oración sin prepararnos",vamos sin prepararnos a la oración, estamos en ella de cuerpo presente, pero nada más. En cambio guardano bien el silencio, puedo hacer bien mis ejercicios de piedad y me levanto con fuerzas para todo lo bueno. De modo que: silencio durante el día para estar fuertes y no caer; silencio para poder hacer bien los actos de comunidad; silencio para no dejarme absorber por el trabajo. La falta de silencio lo daña todo, es el veneno de este tiempo... la disipación interior y exterior... se dice que e Nazareth se hablaba muy poco...
(S. D. Fr. Enrique A. Higuera O. P. Junio 1960)